El proceso de glaseado puede darle a la botella de vino una belleza nebulosa y también aumentar la textura de alta calidad de la botella de vino. El proceso de glaseado forma pequeñas partículas o texturas en la superficie del vidrio, que difunden la luz cuando se refleja y refracta en la superficie, logrando así un efecto de desenfoque único. Este efecto puede hacer que la botella de vino luzca más elegante y misteriosa, atrayendo la atención de los consumidores.
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